Este post no pretende hablar de religión, aunque podría ser una buena analogía, este post va dedicado a mi equipo que después de mucho trabajo ha conseguido superar la meta que fue establecida hace un año.
Pareciera que esto se ha vuelto costumbre, que es el deber de cualquier equipo conseguirlo, pero desde mi perspectiva no es tan simple, mucho menos si es el cuarto año consecutivo que lo consigue.
Hay quien puede pensar que la meta no era tan ambiciosa o que cualquier equipo con los mismos recursos podría conseguirlo, mi respuesta es muy sencilla, probablemente sí, lo único que necesitaría ese equipo es creer que puede conseguirlo y trabajar todos los días del año para lograrlo, eso fue lo que hizo mi equipo.
Creer que es posible es el primer paso que dio el equipo, después de ese paso, tuvo que dar 365 pasos más, uno cada día, hasta llegar a donde hoy ha llegado.
Los primeros pasos son difíciles, porque ni siquiera sabes si vas en la dirección correcta, no logras ni si quiera ver el objetivo a lo lejos, pero en ese momento hay mucha energía y convicción para lograrlo.
Conforme fueron caminando se encontraron con un camino diferente al que habían recorrido otros años y también descubrieron que ellos ya no eran los mismos a los del año pasado, los caminos anteriores los habían marcado. Hubo subidas y bajadas, también hubo pérdidas, pero no desistieron, continuaron cada día dando el paso necesario convencidos que podrían superarlo.
Como en todo camino llego el momento de las dudas, del cansancio, del desánimo, pero aún en esos días se aferraron, dieron el paso para seguir avanzando, probablemente por inercia, probablemente sin tener certeza de conseguirlo, probablemente porque alguien los venía jalando, pero el paso estuvo y sin ese paso hoy no hubieran llegado.
Cuando digo que creer es el primer paso, lo digo convencida de que eso es lo primero que necesitamos para conseguir un objetivo pero en definitiva siguen muchos otros pasos, la voluntad, el esfuerzo, el entusiasmo, el coraje, la tenacidad, la pasión, la confianza, la esperanza, la sinergia y podría seguir escribiendo muchos pasos más, pero escribirlos es muy sencillo, lo más complicado es darlos, uno a uno, cada día, sin detenerse, hasta ver el objetivo concretado.
Hoy felicito al equipo que supera otra meta más, una meta distinta, más retadora, con otro sabor, con otra experiencia, con otros aprendizajes, pero sobre todo una meta que los ha convertido en otras personas, que los ha llevado por caminos nuevos, que los ha marcado de manera distinta y que hoy los convierte en mejores personas que ayer.
Sigo creyendo que mi equipo es GRANDE, pero como les digo, creer es el primer paso, hay que seguir caminando hasta superarlo.