Me encantan estas fechas que nos invitan a tomar un momento para hacer un alto en el camino, para traer a nuestra mente las experiencias vividas, lograr conectar nuestros sentidos, oler, escuchar, ver nuevamente la escena pasada, revivir un momento. 

Este post no lo dedicaré a hablar del pasado, aunque siempre es muy tentador, sobre todo cuando los recuerdos son bonitos, en esta ocasión me enfocaré en el tradicional tema de los propósitos de año nuevo. Un tema muy gastado, pero no por eso menos importante.

No se a ustedes, pero a mi desde niña me han pedido que haga mi lista de propósitos para el próximo año, considero que es un buen ejercicio de planeación y buenos deseos pero en la mayor parte de los casos termina quedando en eso, en buenas intensiones que normalmente suenan muy románticas o muy retadoras (depende del estado de ánimo en el que nos encontremos).

La propuesta para este año es sencilla, pensemos en una sola cosa que nos encantaría realizar, de preferencia que sea algo que desde que lo pensemos sintamos mariposas en el estomago, nos dibuje una sonrisa en la cara, nos ponga la piel de gallina o nos haga vibrar de emoción. Para muchos un buen ejercicio sería descubrir qué es eso que nos pone en ese estado, para otros probablemente es un ejercicio que han venido realizando desde hace tiempo y tienen muy claro que es eso que les gustaría cumplir.

Si ya lo tienen claro podemos avanzar, estoy casi segura que la mayor parte de ustedes han elegido una experiencia, solo las experiencias logran que nos sintamos en ese nivel de emoción, hasta ahora no he conocido a alguien que bajar de peso la haga sentir mariposas en el estomago a menos que sea de hambre, pero bueno, se vale de todo.

Ahora si, el siguiente paso es muy sencillo, camina en dirección a eso que quieres realizar. No importa qué tan descabellado sea, no importa cuántos recursos necesites, no importa el tiempo que tardes en conseguirlo -no es obligatorio conseguirlo este año-, no importa cuántos crean que puedes hacerlo, lo único que importa es que camines en esa dirección, a tu paso, pero en esa dirección. 

Estoy segura que el simple hecho de ponerte en camino dibujará en ti esa sonrisa. Camina, no te detengas, una forma de caminar es tener presente lo que deseas cumplir, si bien puede ser que tus pies no avancen, tu corazón lo esta haciendo y eso tarde o temprano hará que tus pies se muevan, así que la tarea no es tan complicada, no te detengas.

Caminar en esa dirección implica trazar una ruta, dedica un tiempo a diseñar el camino pero ten presente que hay muchas rutas para llegar a tu objetivo, así que si en el camino consideras que es necesario replantear la ruta, hazlo, pero sin perder de vista el objetivo.

No te hablaré del camino, porque siempre es distinto, además es lo más emocionante, es lo que dará sentido a concretar tu propósito, lo único que te puedo decir es: disfrútalo, no importa como sea, si vas en la dirección correcta tu emoción te ayudará a salir adelante de cualquier complicación o imprevisto.

Solo queda ponerte en marcha, si decides ir por eso que te hace sentir así, no tengo la menor duda que este 2016 será uno de los mejores años de tu vida. ¿Estás listo?

Algunas recomendaciones (pueden ser de utilidad):

Un propósito a la vez, no vayas por varios al mismo tiempo porque los caminos pueden ser distintos y podrías terminar lejos de los dos.

No midas tu sueño por la complejidad de conseguirlo, mídelo por la emoción que genera en ti.

Define tu la ruta, otros podrán darte una opinión pero solo tu sabes lo que estas dispuesto a realizar por tu objetivo. 

No te detengas, que cuándo tus pies descansen que tu corazón siga en camino.

PD. Este post puede parecerte muy obvio, no estamos descubriendo el hilo negro, sin embargo, saberlo no te hace diferente, aquí lo que cuenta es ponerte en marcha, si te ha tocado leerlo esto es por algo, nada en esta vida es casualidad, así que dile a tu cabeza que en esta ocasión será tu corazón quien lleve el mando.