La vida como una rueda de la fortuna

Muchos hemos escuchado que la vida da muchas vueltas, esto normalmente lo traemos a nuestra mente cuando alguno de nosotros o nuestros seres queridos estamos viviendo

una situación complicada, hoy me gustaría plantear la vida como un rueda de la fortuna.

Si pensamos en la vida como una rueda de la fortuna, tendríamos claro que a veces estaremos arriba, en otro momento abajo, o bien, en camino a uno de los dos lados, eso nos permitirá tener diferentes perspectivas de la vida dependiendo del lugar en el que nos encontremos, lo que es un hecho, es que está en movimiento.

Cuántas veces hemos tenido una “mala racha” debido a problemas económicos, de salud, en nuestras relaciones personales, o de todo un poco y pareciera que se nos cae el mundo encima. No necesariamente es el mundo, pero si sentimos el peso de la rueda es porque seguramente estamos abajo, ahí hay menos luz, la perspectiva de la vida es muy terrenal o mejor dicho, con poca visibilidad, probablemente no tenemos claro a dónde vamos o dónde estamos porque nuestra posición en la rueda no nos favorece.

¿Qué deberíamos hacer en ese lugar? Desde mi perspectiva deberíamos primero que nada saber que es temporal, recordemos que la rueda esta en movimiento y aunque en ocasiones tengamos la sensación de que no se mueve, en la realidad sí lo hace, solo que la velocidad en esa parte de la rueda se siente mucho menor que cuando estamos arriba y tiene lógica, la perspectiva desde ahí no favorece.

¿Qué más podríamos hacer?, una buena idea sería empezar a construir todo lo que nos gustaría disfrutar cuando estemos arriba, es decir, no solo soñar con estar arriba, si no tener la certeza de que llegaremos y empezar a trabajar en consecuencia, eso podría darnos la sensación de movilidad. Es importante no desistir, no derrotarnos, no esperar a que las cosas se muevan solas, eso solo nos traería aburrimiento, haría que el tiempo pase lento y lo peor, cuando lleguemos arriba tendríamos pocos elementos para disfrutar de la estancia.

En ocasiones la vida nos pone situaciones tan difíciles que pensamos que no pueden empeorar, seguramente en esos momentos podríamos estar en la parte más baja de la rueda. La buena noticia es que después de esa penumbra, empieza a abrirse un rayito de sol y lo que sigue es subir, no hay de otra. Si la sensación es que la situación empeora, significa que no hemos llegado al punto más bajo, pero cuando lo hagamos, lo que sigue es subir, de eso no tengamos duda.

Los que se encuentran en la parte de arriba, seguramente tienen una vista envidiable, pueden disfrutar de la luz de sol y de la luna, seguramente el aire los acaricia con mayor frecuencia, es una experiencia espectacular, pero cuidado, recuerda que es una rueda, que todo lo que sube tiene que bajar en algún momento.

¿Qué deberíamos hacer en ese lugar? Lo ideal sería tener una actitud de agradecimiento, compartir todo lo que tenemos con el resto de pasajeros que están en la rueda, eso nos ayudará en principio a no aferrarnos a las cosas, a entender que todo es temporal. También podemos ponernos al servicio de los que aún no llegan a ese lugar para tratar de animar su viaje o aligerar su carga, si en ese lugar somos capaces de compartir con el resto de la gente no solo nuestras cosas, si no también nuestro tiempo, nuestra perspectiva de la vida, nuestro buen humor, nuestra experiencia, podremos ganar algo que si se quedará con nosotros el resto del camino y es la satisfacción de extender lo más que se pueda la estancia arriba, porque al compartirla con los demás es una forma de hacerlos parte de ella, además, no olvidemos que el resto de los pasajeros también estarán en ese sitio en algún momento de la vida y si tú te acordaste de ellos cuando estuviste arriba, ellos se acordarán de ti cuando no estés ahí.

Este planteamiento es muy simple y pareciera muy lógico pero es muy difícil de ponerlo en práctica, difícil para los que están arriba y difícil para los que están abajo, ninguno de los dos se salva, los de arriba porque creen que ellos han hecho todo para estar ahí y se olviden de voltear a ver a los de abajo, los de abajo, porque creen que nadie vivirá situación más difícil que ellos, pierden la esperanza y en ocasiones dejan de luchar olvidándose de abrirse a la ayuda de los demás y de tener la certeza de que todo pasará, pero créanme, todos pasaremos por los dos lados por varias veces en la  vida.

Lo mejor de todo y lo que no debemos olvidar, es que si la vida es una rueda de la fortuna, el objetivo sin duda es disfrutar el paseo, todo el camino y no solo una parte de él, sabiendo que todo es pasajero, con excepción de la experiencia de haber vivido en ambos lados. No olvidemos que mientras estemos ahí, es una fortuna.

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